Álvaro Bultó era un veterano del paracaidismo. Hace un mes se había salvado de milagro. En Francia ya murieron seis "hombres-pájaro" en 20 días.

Un presentador de la TV española Álvaro Bultó, de 51 años, murió este viernes practicando wingfly, un deporte de altísimo riesgo. En Francia son seis las personas que han perdido la vida practicando wingfly en los últimos 20 días. El penúltimo, el paracaidista que hizo de James Bond en la ceremonia de inauguración de los JJOO de Londres.

Los planeadores de wingfly practican el salto base: se dejan caer desde un acantilado o desde una cumbre enfundados en un traje que les hace parecer murciélagos.

El traje cuesta desde unos 500 euros el modelo más sencillo a unos 1.500 por un diseño para expertos (entre 650 y 2.000 dólares), informa el diario ABC de España.

Se trata de una disciplina que permite realizar un planeo a una velocidad media de 160 kilómetros por hora.

Bultó -una de cuyas últimas fotos publica ABC de España- no era un improvisado: llevaba a sus espaldas más de 3.000 saltos. El wingfly era su última pasión y el mes anterior había sufrido un accidente en Benidorm en el que casi pierde la vida.

Participando en el Campeonato Mundial de Salto Base intentó sobrevolar el Gran Hotel Bali pasando a sólo 30 metros de su tejado. Quería aterrizar en la playa pero un problema con su paracaídas provocó que acabara en el tejado del hotel. A causa de la caída, sufrió contusiones leves.

Esta vez la suerte cambió. La Policía suiza y fuentes consulares españolas en la Confederación Helvética confirmaron el hecho.

Bultó, nació en Barcelona en 1961, en el seno de una poderosa familia dedicada a la fabricación de motos Bultaco y Monresa. Su tío es un expiloto de motociclismo, Sete Gibernau Bultó.

Durante años fue muy conocido por ser novia de la infanta Cristina y de otras celebridades españolas.

En los últimos años, condujo varios programas de televisión, y participó como famoso en el reality “Celebrity Splash” que emitió Antena 3.